12 agosto 2009

Pronto para todo, tarde para cambiar


Amores no correspondidos, amigos que dejaron de serlo, recuerdos unidos al dolor. Personas que se fueron y aquí me dejaron luchando por recordarlas, personas que un día se cruzaron en mi camino y que ojalá pudiera olvidarlas. Costumbres cotidianas que no tienen nada de especial, pero que cuando se pierden acabo por añorar. Momentos concretos que ya olvidé, pero que al mirar viejas fotografías los recuerdo fugazmente o consigo que alguien me cuente que pasaba y donde estaba. Y poco a poco voy sintiendo como aquellos que tanto me conocían, ya no lo hacen, que la distancia entre nosotros se abre y que yo no lo quiero remediar. Personas en las que confiar, que un día siento que no me comprenden, y que a veces, solo a veces, cuando la impotencia hace acto de presencia me pregunto ¿y que más da? Si al fin y al cabo de ellas me tendré que separar….
Sentimientos contradictorios, porque todo esto que a menudo llego a odiar, es lo que compone mi vida, aquello que me hace ser única, cosas que nadie más vivirá, lo que me da mi identidad…

1 comentario:

Camaleona dijo...

Por el camino de la vida me he encontrado personas con las que he caminado un buen trecho y luego los caminos se han abierto y cada uno tomó una dirección... con otros he caminado poquito pero intenso y por alguna esquina les perdí de vista... ha habido reencuentros... también he visto a alguien y corriendo cambié de acera por no cruzármelo... He asumido que la gente entra y sale del camino que yo recorro y aún así seguiré abriendo mi corazón de par en par al próximo que me cruce, si no lo hiciera podría perder alguna experiencia enriquecedora.